Cuando la sangre de un Guardián se derramaâ¦
Es hora de que la profecÃa se cumplaâ¦
Solo entonces dos almas reviviránâ¦
Trayéndolas a la luzâ¦
Destinadas a combatir la magia oscura de la nocheâ¦
Con esta promesa, nosotros los inmortales levantaremos nuestras armasâ¦
Protegiendo a aquellos renacidos de más dañoâ¦
En manos de piedra y mármol a nuestro enemigo le daremosâ¦
El único deseo que este desea⦠dentro de la luz para vivir.
Mientras el vórtice envolvÃa a Kamui, una pluma brillante de cada ala iluminada se soltó y rompió hacia dentro del ciclónâ¦cambiando como dos pequeñas dagas para dispararse directamente hacia abajo, aterrizando en la tumba. Las relucientes plumas se quedaron atascadas en la suave tierra por unos breves momentos antes de hundirse en el suelo para emerger con las almas de sus amigos.
Las rodillas de Kamui golpearon el suelo al dispersarse el hechizo, enviando un terremoto hacia todas las direcciones. â Hasta que nos encontremos de nuevo, Kyoko⦠Toya â, susurró Kamui sintiendo la soledad acercándosele. â Quizá la siguiente vida será un tiempo mejor y más brillante.
Shinbe se mantuvo en silencio a su lado, sin desear nada más que derramar lágrimas, pero no se podÃa permitir ese lujo. Hyakuhei aún estaba ahà afuera y Shinbe sabÃa que el vampiro de corazón oscuro eventualmente vendrÃa por él. El enemigo sabrÃa lo que habÃan hecho. BorrarÃa todos los rastros que pudiera por ahora.
Buscando dentro de su bolsillo, Shinbe sacó una botellita amatista llena de un polvo mágico intemporal. Rociando ligeramente la tierra, caminó en cÃrculo alrededor de la tumba para protegerla de ojos fisgones. La tierra se volvió instantáneamente sólida para esconder la ubicación de la nueva tumba.
Los ojos de Shinbe se iluminaron del mismo color amatista mientras susurraba palabras que solo él podÃa entender.
Sintió un vÃnculo antiguo entre hermanos que habÃan luchado una batalla eterna con la obscuridad abrasando su alma para convertirse en un sÃmbolo de protección sobre la tumba. Encima del lugar donde sus amigos yacÃan, crecieron flores sin necesidad de que se plantara ninguna semilla. Flores de cinco colores aparecieron en vides espinosas⦠plata⦠dorado⦠azul hielo⦠amatista⦠y un brillante polvo de arcoÃris.
â Me voy â. Dijo Shinbe después de un largo silencio. No querÃa que su presencia diera la ubicación de los otros y supo que era tiempo de continuar. Su mirada saltó hacia el arbusto de flores de extraños colores. Toya y Kyoko ahora estaban protegidos de Hyakuhei y el hechizo no serÃa perturbado.
Por ahora, era lo único que podÃa ofrecerles además de tristeza.
Kamui miró al hechicero, sorprendido ante su nuevo desempeño. â ¿Qué? Pero⦠¿Por qué? â Abrió sus ojos en un momento de pánico⦠¿Ahora todos lo dejarÃan? ¿No era suficientemente malo haber perdido a Toya y a Kyoko?
Sintiendo el miedo de Kamui elevarse, Shinbe colocó una mano firme en el hombro de su amigo e intentó explicarse. â Sabes tan bien como yo que Hyakuhei se enterará de lo sucedido aquà â. Miró a Kotaro por encima del hombro de Kamui sabiendo que el Lycan entenderÃa su deserción.
â Tú podrás escapar de sus ojos siempre vigilantes, pero yo no poseo esa clase de poder. De todas formas seré capaz de esconderme, pero no estoy seguro de por cuánto tiempo â. Shinbe soltó un largo suspiro y miró a la luna colgando baja en el cielo. â Mis dÃas tienen un número en ellos ahora â. Una suave sonrisa ladeó las comisuras de sus labios como si supiera un secreto. â Que asà sea.
â Abordaré el siguiente barco que vaya al oeste sobre el océano. Allà tendré una mejor oportunidad de mantener mi identidad a salvo de Hyakuhei y quizá incluso de encontrar una forma en que mi alma reencarne al mismo tiempo a nuestros queridos amigos â. Ãl esperaba que lo que estaba diciendo fuera cierto. Ellos lo necesitarÃan cuando llegara el momento.
Kamui echó un vistazo a la tumba debajo de él, luego a sus amigos con mayor calma de la que habÃa sentido desde que esta pesadilla de tarde habÃa comenzado. No querÃa que Shinbe fuera la siguiente vÃctima, asà que, sÃ, entendió. Gentilmente arrancó una pluma arcoÃris de su ala derecha y la presionó contra el cuello de Shinbe.
Shinbe jadeó cuando empezó a resplandecer brillantemente con fuerza antes de que su piel la absorbiera. Miró hacia abajo y vio el breve contorno de la pluma justo debajo del cuello de su túnica.
â Eso ayudará cuando llegue el momento â. Dijo Kamui con una sonrisa y le dio a Shinbe un fuerte y comprensivo abrazo. No perderÃa a Shinbe por mucho tiempo, sin importar qué.
â Nos veremos de nuevo mi amigo â, susurró Shinbe antes de alejarse del abrazo de Kamui. Ãl le asintió a Kotaro con la cabeza sabiendo que el Lycan cuidarÃa de Kamui por todos ellos. Shinbe miró atrás a la tumba, luego apartó sus ojos dejando que su flequillo cayera para esconder la tristeza. â Que asà sea â. Susurró de nuevo mientras desaparecÃa dentro de la obscuridad envolvente.
â Niño ¿estás listo? â preguntó Kotaro en voz baja mientras mantenÃa su espalda hacia la tumba. Supo que no podÃa quedarse. Shinbe tenÃa razón⦠mientras más lejos estuvieran, mejor protegido quedarÃa el hechizo.
Kamui querÃa refunfuñar ante el sobrenombre que Kotaro le acababa de dar, pero no tenÃa el corazón. Su corazón estaba enterrado en la tierra a sus pies y, si le tomara hasta el final de los tiempos, verÃa a Hyakuhei pagar por sus crÃmenes.
â SÃ, dijo Kamui, pasando el brazo por sus ojos â. Estoy listo.
Kotaro puso un brazo alrededor de sus hombros y lo guio. El Lycan descubrió que no podÃa derramar otra lágrima por la mujer que habÃa amado con todo su ser. Su alma se sentÃa como si alguien la hubiese tirado de su cuerpo, rasgado en trizas y solo le hubiese devuelto la mitad de ella.
Si el hechizo que habÃan hecho Kamui y Shinbe habÃa conseguido funcionar, verÃa a su amada Kyoko de nuevo. Ãl no podÃa evitar sonreÃr por todas las travesuras que él y la reencarnación de Toya harÃan para ganarse el afecto de Kyoko. Ãl pelearÃa por ella felizmente de nuevo si tan solo Toya volviera. Después de todo, los amaba a los dos.
Peleó contra la urgencia de mirar nuevamente hacia la tumba. â Cien años es un largo tiempo para esperar, pero estaré ahà para ti⦠Kyoko.
*****
Más de cien años en el futuro⦠hoy en dÃa.
Una figura solitaria se alzaba en el techo del edificio más alto, mirando desde arriba la ciudad llena de gente. Sus rasgos nunca traicionaron el recuerdo en su corazón destrozado de su único hermano yaciendo solo y sin vida en el frÃo y duro suelo siglos atrás. Su corazón que una vez latÃa cálido, estaba preso en las garras del sádico monstruo que los habÃa creado a ambos.
Ãl habÃa hecho todo lo que estaba en su poder para separarse de la maldad que lo habÃa rodeado silenciosamente. Asà como los humanos de este mundo, él solo se alimentaba de los animales que la naturaleza proveÃa. Aunque la obscuridad es lo único que tenÃa permitido, pues es asà la maldición de un vampiro, él nunca se convertirÃa en el demonio que su tÃo habÃa planeado.