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Dr. Juan Moisés de la Serna
Inteligencia Emocional
InteligenciaEmocionalAprende a sacarel máximo rendimientoa tus emocionesDr. Juan Moisés de la Serna
www.juanmoisesdelaserna.es
Copyright © 2017
Prólogo
Si de algo se ha hablado en los últimos años en el área de la Psicología ha sido con respecto a la I.E. (Inteligencia Emocional), al principio como un desarrollo más del área de estudio de las emociones humanas y sus implicaciones en la vida, para luego adquirir un papel predominante en campos tan importantes como la educación o la empresa, y todo ello gracias a los beneficios que se ha observado que provoca tanto en el rendimiento como en la satisfacción con la vida por parte de quien cultiva la I.E.
En este ebook se trata de ofrecer una aproximación a las últimas investigaciones realizadas en el ámbito de la I.E., donde acercarse tanto a su definición y consecuencias, pero sobre todo a cómo este puede aplicarse en la vida cotidiana para poder obtener los mayores beneficios posibles.
Un camino necesario, el de desarrollar la I.E. que se verá como imprescindible una vez hayas finalizado la lectura de este ebook.
Dedicado a mis padres
Agradecimientos
Aprovechar desde aquí para agradecer a todas las personas que han colaborado con sus aportaciones en la realización de este texto, especialmente al Gobierno de Canarias, a la Dra. Jaci Molins Roca, Directora del posgrado universitario de coaching personal y organizacional de la Universidad Rovir i Vigili y a D. Bruno Moioli Montenegro, Experto-Trainer en Inteligencia Emocional.
Aviso Legal
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros medios, sin el permiso previo y por escrito del titular del copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).
Diríjase a C.E.D.R.O. (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar con C.E.D.R.O. a través de la web www.conlicencia.com o por el teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.
© Juan Moisés de la Serna, 2017
Primera edición: Febrero del 2017
ASIN: B01870V5A8
Depósito Legal: COI-157-2015
Capítulo 1. Definiendo la Inteligencia Emocional
Se puede afirmar que se vive en un mundo emocional, al igual que se puede afirmar que se vive en un mundo social. De forma que aquellas personas más habilidosas en cuanto a su desempeño emocional, son también las más exitosas. Por ejemplo, un comerciante de cualquier producto o servicio, principalmente se dedica a vender emociones, para que otra persona compre o adquiera eso que vende.
Los medios de comunicación, la televisión, la radio, o cualquier otro, trata de emocionar, y con ello vender más sus productos o servicios; pero no todas las personas tienen el mismo nivel de habilidad emocional, hay quien por algún motivo no llega a desarrollar suficientemente ésta, de ahí que desde hace unos años se haya creado una nueva área de investigación y trabajo en psicología, denominada I.E. (Inteligencia Emocional) iniciada por Daniel Goleman con su obra con igual título.
Si nos fijamos en los resultados ofrecidos por Google, sobre las tendencias de búsqueda de la temática de Inteligencia Emocional, en sus distintas acepciones alrededor del mundo desde el 2004 hasta el 2017, se puede comprobar que el primer país más preocupado sobre ello, es Perú, seguido de Honduras y Guatemala; quedando España en la posición veintiuno, y ocupando Estados Unidos la posición número cuarenta y cinco de los sesenta y seis países que componen el resultado de Google, siendo la última posición ocupada por Japón.
A resaltar que entre los veinte primeros puestos de países que buscan este término, dieciséis son iberoamericanos.
Igualmente señalar que de forma global se ha producido una caída importante del uso de dicho término con los años, quedando en el 2012 por debajo del 30% de las búsquedas que se realizaban en el 2004, para con posterioridad producirse un paulatino incremento hasta nuestros días.
Hay que tener en cuenta que la inteligencia ha sido definida tradicionalmente como la capacidad de resolución de forma satisfactoria de una serie de cuestionarios "estandarizados" para la población "diana" determinado por la genética.
Esto quiere decir, que el cuestionario o test ha sido validado con varias muestras antes de administrarse a la población general, y que cuenta con validez interna y externa, es decir, mide lo que se quiere medir, y además está especialmente diseñado para un determinado colectivo y rango de edad.
<<La definición de I.E. más ampliamente aceptada y propuesta por D. Goleman entiende que "La I.E. es la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlo con los demás">>
D. Bruno Moioli Montenegro, Experto-Trainer en I.E.Si bien el uso de los cuestionarios de inteligencia surgió ya en el siglo XIX, han sido muchos los detractores de estas pruebas por considerarlas "injustas", al querer evaluar a toda la población "por el mismo rasero".
A principios del siglo pasado se creó una polémica sobre los estudios realizados por las fuerzas armadas que analizaban la relación entre la inteligencia y la raza, es decir, analizaban los resultados obtenidos entre la población americana en función de sí el participante era blanco o negro, y entre los "nativos" americanos y los inmigrantes, concluyendo que los blancos de procedencia anglosajona tenían mejores resultados que otros grupos raciales; igualmente los resultados de este colectivo superaban significativamente al de los inmigrantes cuya lengua materna no era el inglés. Todo ello motivó la modificación de las políticas educativas encaminadas a "compensar" dichas diferencias.
Estudios posteriores dejaron en evidencia dichos resultados debido a los "fallos" en las pruebas empleadas, las cuales no tenían en cuenta el "argot" propio de la población diana que se quería analizar, es decir, los fallos de determinadas poblaciones correspondían más a una falta de entendimiento del propio enunciado de la prueba y no tanto a la habilidad o conocimiento evaluado, esto hizo que fuese necesario adaptar dicho test en función de a quién se dirigía.
A pesar de ello, el I.Q. (siglas en inglés del Coeficiente de Inteligencia) sigue siendo una medida válida de la capacidad de resolución de una serie de pruebas diseñadas y preparadas por los psicólogos, las cuales siguen unas estrictas normas de control establecidas por la psicometría (ciencia de la medida) de forma que sus resultados son válidos y fiables para la población que se aplica.
Gracias a esto, se puede predecir el nivel de éxito académico, y con ello también el futuro profesional de los alumnos, mucho antes de que éstos sean capaces de ser conscientes de sus habilidades y posibilidades; igualmente se usa en el campo de la selección de personal para encontrar al candidato ideal para el puesto, que no tiene porqué ser ni el mejor cualificado ni el que más experiencia tiene.