Luz Nocturna - Amy Blankenship страница 2.

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Por otro lado, Michael sabía que Kane había pasado por una experiencia que nunca sería capaz de comprender completamente, sobre todo el horror. Si se enfrentaba a la misma situación, Michael no estaba tan seguro de que pudiera mantener su cordura tampoco. Kane fue traicionado por uno de sus mejores amigos y sentenciado a un exilio eterno con casi ninguna esperanza de escape.

Su mirada se estrechó hasta chocar con la ventana y se dio cuenta de que había una pregunta que había olvidado preguntar por completo. ¿Cómo fue que Kane había sido liberado de la tumba?

*****

Kane se paseaba de un lado a otro en el techo del Moon Dance, apretando los puños y extendiendo las manos a sus costados. Todavía podía ver la mirada en la cara de Kriss cuando lo había arrojado a través del almacén como si fuera basura. No podía luchar contra los caídos... nadie podía enfrentarse al poder que poseían.

Incluso si llamaban a Kriss como refuerzo, y Tabatha regresara con él, Kane sabía que Kriss no tenía intenciones de compartirla. No sucedía muy a menudo, pero Kane apostaría la piedra de sangre enterrada en su cuerpo que el caído estaba enamorado de Tabatha. Si eso era cierto, entonces Kane no tenía ninguna posibilidad de acercarse a su alma gemela de ninguna manera.

Había desperdiciado su oportunidad y dolía como el demonio. Incluso si ella no tenía un ángel caído sentado en su hombro, Tabatha no tendría nada que ver con él ahora. En cuanto a los demás, a él no le importaba si les gustaba o no a los cambiantes. De todos modos esto no era un concurso de popularidad.

“Quizá sea mejor que no les guste”, susurró mientras contemplaba la ciudad.

Kane asintió firmemente con la cabeza y enterró las manos en sus bolsillos. Se quedaría el tiempo suficiente para ayudar a librar a la ciudad de los vampiros de baja calaña que él había provocado sin querer. Pero una vez que lo hiciera, él se iría por su cuenta otra vez. De esa manera, cuando decidiera marcharse, no habría nadie a quien le importara lo suficiente como para seguirlo.

Ese pensamiento lo dejó inquieto.

*****

Trevor se detuvo frente a la casa de Envy y apagó el auto. Realmente quería hablar con ella y ver cómo estaba. Tal vez había tenido tiempo de pensar en lo que él le había dicho... después de todo, había sido sólo la verdad.

Mirando el objeto en el asiento del pasajero de su auto, sonrió antes de agarrarlo. Realmente había hecho un número con los vaqueros que él había “prestado” a principios de la semana de Chad, y ahora iba a devolverlos. Esta fue su buena acción para el día. Ojalá nadie hubiera sido enviado al infierno por tener un sentido del humor.

Desdoblando los jeans, tomó nota de la suciedad y el aceite negro de motor que los había manchado por todos lados. Se rió interiormente cuando volvió a ver su obra en la entrepierna. Trevor había hecho una excepción especial y volvió a su forma de perro para arrancar felizmente la entrepierna.

Hanna, la vieja gata de la señora Tully que había decidido empezar a vivir con él, se había acercado y olfateado los jeans antes de darse la vuelta, levantando la cola en el aire y rociándolos para deshacerse del olor canino que había dejado en ellos. Trevor pensó que nunca se había reído tanto en su vida.

“Perfecto”, susurró.

Al salir del auto, se acercó a la puerta principal y arrojó los jeans sobre los arbustos, casi riendo de nuevo cuando se cayeron del follaje y aterrizaron en una cama de hormigas gigantes. Esto era demasiado bueno.

Luego de tocar timbre, se metió las manos en los bolsillos y esperó a que la puerta se abriera. Cuando finalmente se abrió, Trevor puso su mejor expresión de niño regañado.

“Oye”, dijo en voz baja.

Chad suspiró y se apoyó contra el marco de la puerta, “Eh tú, forastero.”

“Mira, sé que metí la pata y quería hablar con Envy... o al menos intentarlo si prometes mantener la pistola eléctrica alejada de ella”, explicó Trevor con una pequeña sonrisa.

“Lo haría, pero Envy no está aquí”, contestó Chad mientras se erguía fuera del marco de la puerta y se ponía de pie mostrando toda su altura. Jason había mencionado el nombre de Trevor en la misma frase que la palabra acosador y esperaba que Jason estuviera equivocado. “Ella decidió tomarse un tiempo e ir a pasar un rato con Tabatha y Kriss. No estoy seguro de cuándo regresará”.

Trevor respiró profundamente y asintió con la cabeza cuando notó que el aroma de Envy no era fresco en la casa. Por lo menos Chad no estaba mintiendo y realmente ella no estaba en casa. “Entonces necesito que le des una información.

“¿Y cómo qué será?” preguntó Chad, muy serio.

“Ella necesita estar lejos de Devon Santos. Él no es nada bueno y acabará hiriéndola”, dijo de modo un poco evasivo, con la esperanza de arrastrar a Chad a su lado, jugando un poco con sus instintos protectores de hermano.

Chad frunció el ceño ante la advertencia de Trevor y cruzó los brazos sobre su pecho desnudo. “¿O sea parecido a ti?

La complaciente actitud de Trevor se vino a pique: “Oye, lo que hice era parte de mi trabajo. No quería herir a Envy con eso. Por eso nunca le dije lo que hago para vivir.

Desvió la vista y metió las manos en los bolsillos sabiendo que Chad no tenía ni idea. Esperaba que Envy no hubiera repetido exactamente lo que le había dicho a Chad. Los civiles no necesitaban saber sobre las cosas que salen de noche... en especial un policía.

“Le dije que la noche que me encontraste en el club estaba trabajando encubierto, pero no creo que ella me creyera”, dijo, mirando de cerca la reacción de Chad por cualquier indicio de que sabía más de lo necesario.

Chad suspiró: “Mira, sé que te gustaba a mi hermana, pero ella ya siguió adelante. Creo que deberías hacer lo mismo. No te lo estoy diciendo solo como un compañero de trabajo o incluso un amigo, te lo estoy diciendo como alguien que ha vivido lo mismo. Déjala en paz y deja que tome sus propias decisiones. A pesar de tus mejores intenciones, creo que va a salir con Devon ahora.

Trevor volvió a ver directamente a Chad. “¿Qué? -preguntó él gravemente.

“Ella está saliendo con Devon hasta donde yo sé”, repitió Chad sin rodeos.

Trevor sintió un escalofrío por su espina dorsal, dio media vuelta y se alejó de la puerta sin decir nada. Chad frunció el ceño cuando vio a un gato por la ventana delantera del auto de Trevor, que se inclinaba sobre el tablero de mandos. El otro hombre se metió rápidamente en su auto, aceleró el motor y salió de la calzada.

“Jason,” Chad dijo en voz alta, “Es mejor que estés equivocado y que él no sea un acosador.”

Chad sabía que Envy había salido de la ciudad con Devon para reunirse con Kriss y Tabatha para darse una pequeña escapada. Él no podía contarle eso a Trevor ya que Envy le había hecho jurar que iba a guardarlo en secreto. No importaba de todos modos, porque lo que Envy hiciera ahora no era asunto de Trevor.

Chad sacudió la cabeza y empezó a entrar de nuevo cuando vio algo azul con el rabillo del ojo. Su expresión se iluminó cuando vio sus jeans tirados en el suelo y corrió a recogerlos, haciendo una mueca feroz a las hormigas que paseaban en ellos.

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